Alberto León, terapeuta ocupacional especializado en Integración sensorial y director del Centro de Terapia Infantil Retos, acudió a nuestra Asociación para darnos una charla teórica sobre esta terapia, tan desconocida para algunos y tan efectiva para muchos.
La integración sensorial es la organización de las sensaciones para producir conductas adaptativas y aprendizajes. Permite el adecuado funcionamiento del cerebro y del cuerpo. Es el más importante de los procesos sensoriales realizados por el cerebro.
La integración sensorial se realiza en las áreas sensoriales del cerebro a partir de la información que constantemente llega a él procedente de cada una de las partes de nuestro cuerpo y el medio ambiente gracias a la función de los sentidos sensoriales ubicados fuera del cerebro. Esta información debe llegar de manera organizada, de lo contrario es desechada pues su lectura, o decodificación, se hace imposible. La integración sensorial junta todas las partes en un todo asociado, coherente y con sentido.
Imaginemos el hecho de pelar y comer una manzana sentimos a través de la nariz, los ojos, la boca, las manos, los dedos y también de los músculos y articulaciones dentro de los dedos, manos, brazos, boca. ¿Cómo sabemos que es una manzana? Qué es lo que posibilita a las manos y dedos actuar simultánea y coordinadamente?. Todas las sensaciones provenientes del contacto con la manzana se organizan e integran en el cerebro, y es esto nos permite experimentar la manzana como un todo y usar manos y dedos coordinadamente. Al tocar la manzana todas las sensaciones se juntan y le permite al cerebro conocer que la manzana es ovalada, seca por fuera, húmeda y jugosa por dentro. Las sensaciones enviadas por el olfato nos indican que tiene un olor cítrico y el sentido del gusto nos permite conocer que su sabor es agridulce.
Una enorme cantidad de integración sensorial debe ocurrir y desarrollarse para que el niño aprenda a moverse, gatear y caminar en el primer año de vida. Los juegos de la niñez permiten mucha integración sensorial ya que el niño organiza las sensaciones de su cuerpo y la gravedad actuando sobre él, así como la visión y la audición. Leer requiere integraciones sensoriales muy complejas de las sensaciones provenientes de los ojos, los músculos de los ojos y el cuello, y de los órganos especiales ubicados en el oído interno.
El procesamiento sensorial que tiene lugar al moverse, hablar y jugar es primordial para que se dé el procesamiento sensorial más complejo y necesario para aprender a leer, escribir y adaptarse a las demandas en la interacción familiar y escolar / social.
La Integración Sensorial trabaja directamente dos sistemas sensoriales poco conocidos: El primero es el Sistema Vestibular, se localiza en el oído interno y lo conforman los canales semicirculares y el utriculo y sáculo. Una función fundamental es permitirnos la coordinación de los movimientos de los ojos y la cabeza. También ayuda en el desarrollo y mantenimiento del tono muscular que permite desarrollar, asumir y mantener las posiciones corporales, ayuda a mantener la cabeza y el cuerpo erguido, por esto muchos niños con problemas vestibulares se acuestan en el pupitre, sostienen la cabeza entre las manos y su cuerpo en general luce desmañado y sin fuerza. El balance y el equilibrio están íntimamente influenciados por el SV. La habilidad para coordinar ambos lados del cuerpo ( necesario para montar bicicleta, patinar o cortar con tijeras ) requieren de una buena función vestibular. Finalmente algunos aspectos del lenguaje están relacionados con la manera como este sistema procesa la información. Estas funciones del SV ayudan a entender porque varios estudios han mostrado que más de la mitad de los niños con desordenes de aprendizaje muestran signos de disfunción vestibular aunque frecuentemente estos se encuentran encubiertos o se confunden con los síntomas. El segundo es la Propiocepción, así como nuestros ojos y oídos envían información al cerebro de lo que vemos y escuchamos, de la misma manera los músculos y articulaciones sienten la posición del cuerpo y también envían estos mensajes al cerebro. Dependemos de esta información para conocer de manera inconsciente, donde está con exactitud, cada parte del cuerpo y planear los movimiento.